Desde 1894, cuando se exhibió en Buenos Aires, Sin pan y sin trabajo de Ernesto de la Cárcova se convirtió en una obra clave para el arte argentino, no sólo por el asunto social de carácter obrero sino por la capacidad que señalaba para el arte argentino de tornarse a la par del europeo. Una obra paradójica que denunciaba la situación social y a la par podía ser celebraba como logro cultural sostenido por ese desarrollo capitalista. Sin embargo, es una obra que no ha potenciado una escuela pictórica: imagen estilísticamente aislada, incluso dentro de la producción del propio artista.
Tal vez por eso hay un recorrido posible en el arte argentino: el de la cita a Sin pan y sin trabajo.
Desde esta perspectiva Jesús Ortiz, ganador de la beca estimulo para jóvenes artistas visuales de la Fundación Banco San Juan, lleva a cabo un desarme y re interpretación de la obra icónica de la historia del arte argentino. El resultado es una instalación tripartita que lleva por nombre Inclinaciones.