Esta obra temprana de Carlos De la Mota da cuenta de la influencia de su maestro Lorenzo Domínguez, prolífico escultor chileno que supo encaminar la producción de su alumno. De la Mota comienza con la talla de bustos y cabezas en piedra, recurriendo al uso de un sistema de proporciones que no responde a la normativa canónica. Avanzada su carrera, alcanzará su mayor calidad expresiva y fortaleza técnica en el tratamiento del metal.
Cabeza, obra realizada durante su formación en Mendoza es ejemplar de su intención de simplificar las formas, eliminar detalles, acentuar el carácter de masa densa, sólida y estable. Estas características sostenían la idea de una representación americanista, fase inicial del artista; así guarda relación formal con las cabezas de estudio para Monumento a Catal (1929) de su maestro Domínguez. Ambas obras se resuelven desde la exaltación de la fisonomía del rostro femenino y la resolución de una masa de pelo sin mayor tratamiento.
La calidad táctil de la obra pone en evidencia el desbastado, producto de las herramientas del artista. La incidencia del filo del metal en la piedra le proporciona una textura y un trazo lineal que es usado por el autor para dar mayor fuerza expresiva a la obra y poner al descubierto la naturaleza de la piedra, que deja de ser un mero soporte para valer por sus propias calidades matéricas.
Figura alada de 1990, realizada en chapa batida y soldada, conservada en nuestra colección, permite la excepcionalidad de poder dar cuenta de la fase madura del artista, comprendido entre las décadas del 80 y 90, junto a una de las primeras esculturas realizada en su juventud.
Emanuel Diaz Ruiz
Continuidad y Ruptura en el arte 1920 / 1950, Museo Franklin Rawson, MPBAFR, San Juan, 2016.
(2015) Gobierno de la Provincia de San Juan, Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson: Historia y colección, 1° ed., San Juan, Edit. MPBAFR, p. 35,36, reprod. p. 140.