Las vacaciones del Sr Hulot

Es verano y en un hotel de la costa bretona se reúnen turistas de habla francesa, inglesa y germana. Y, con todos, el señor Hulot que, hablar, no habla mucho y, sin embargo, no pasa desapercibido entre sus eventuales convecinos. Aunque no pueda negarse que es un hombre considerado, hay que reconocer que el señor Hulot suele ser de lo más inoportuno, por lo que sus buenas intenciones desembocan a menudo en hecatombe. Es una persona sociable pero, aunque no se dé cuenta o aunque no le importe, es un ser asocial. No es extraño que desde el primer día de vacaciones despierte ojeriza en el militar retirado, un viejo autoritario y metódico. Sin duda, Hulot no se ve como un tipo solitario, desgarbado, extravagante y anárquico, sino que tal vez se imagine a sí mismo como un héroe aventurero y romántico, semejante al pirata del que se disfraza para poder bailar con la chica de la que se ha enamorado.

El discreto encanto de la burguesía

Solo seis películas le bastaron a Jaques Tati para ser considerado un genio de la comedia. Heredero directo de los grandes cómicos del cine mudo y  maestro indiscutido de los actuales, como Mr. Bean, es sin duda Las vacaciones del Sr, Hulot, una de las cumbres de su cine. En ella encontramos su clásico estilo, heredero del slaptick. La cinta es una comedia, en la que tiene, como siempre, una fundamental importancia el gag visual y las incidencias sonoras. El guion es magnífico en su obsesiva elaboración, el diálogo es casi nulo y solo sirve para proporcionarle ironía, sarcasmo y sensibilidad a los trabajados planos;  Las vacaciones del Sr, Hulot presenta asimismo una extraordinaria galería de personajes, entre los que se destacan un comandante jubilado autoritario, un aburrido idealista de izquierdas, un empresario que vive colgado del teléfono, unos sufridos camareros, la mujer joven asediada por sus pretendientes y varios más, que componen una fauna burguesa, que traslada los rituales, costumbre y usos cotidianos a sus vacaciones, impedidos de romper la rutina aún en los lugares que ellos mismos han designado para esto.

El choque en la película se produce cuando esa rutina se ve momentáneamente modificada. Cuando aparece algún «extraño» conminado a modificar, aunque mas no sea en pequeñas dosis, todo el itinerario repetitivo que encausan al burgués en una conglomeración infinita. “De repente, todo ese mitin perfectamente sincronizado comienza a divergir, generando una incisión en las acciones. Pero, ¿de dónde proviene, sino, esa diáspora amenazante? del riñón mismo de esa sociedad estructurada, rígida, intransigente. Monsieur Hulot proviene de la burguesía, sino, es difícil explicar cómo es que concurre al mismo balneario, al mismo hotel y practica los mismos rituales paganos que toda la casta ricachona.” Sin embargo, Hulot pertenece y está afuera, es el que cuestiona sin querer cuestionar, su desapego a las reglas establecidas es lo que transforma en determinado momento a este pequeño balneario en un verdadero pandemonium.

“Hulot es un gentleman con alma de niño, como delata su indumentaria: sombrero, chaqueta y pantalón siempre demasiado corto, que deja ver unos estrafalarios calcetines a rayas. Distraído, curioso, inquieto e inconsciente, Hulot siempre intenta ayudar a quien lo necesite, y también a quién no. Allá por donde pasa provoca estropicios muchas veces sin darse cuenta y, es quizás por eso, que los que más le admiran y disfrutan de su compañía son los niños y los animales.”

En el corazón del balneario se inserta la figura de Hulot, destinado a cambiar la rutina de aquellas vidas monótonas, recicladoras de costumbre de una trivialidad opresiva. Hulot, involuntariamente, hace cosas nimias que desencadenan grandes catástrofes colectivas. Sin quererlo infringe las normas de convivencia y las de los juegos que practica, por lo que provoca la ruptura del orden vacacional burgués.

En Las vacaciones del Sr. Hulot, está marcado el estilo que Tati perfeccionará en las siguientes entregas. Director obsesivo, apasionado del detalle, Tati realizó de esta película por lo menos tres versiones. “La primera de ellas es la que realizó en febrero de 1953. La segunda fue en 1962 y aprovechó para introducir la música de Alain Romans para dinamizar sonido e imagen y quitar espacio a la palabra. Y en 1978 Tati sorprende al introducir una nueva escena. Se trata de la escena del tiburón, al romperse el kayak, que homenajea a Spielberg con su mítica película (es decir, que más de veinte años después Tati sigue retocando sus obras”.  La película esta filmada en un magnifico blanco y negro, y cabe acotar a modo de curiosidad, que pensó en filmarla en color nada más que para introducir un genial gag: los clientes del hotel aparecerían al principio de la cinta pálidos para acabar colorados tras la continua exposición al sol en la playa.

Las vacaciones del Sr.  Hulot, es una de las mejores películas de Tati, un film inteligente, de cuidada planificación, una cinta que pone su mirada en los pequeños detalles cotidianos de una clase social que se niega a cambiar su cansina rutina aun en sus fantasmagóricas vacaciones.


Dado que las películas que programamos y analizamos son de dominio público se sugiere acceder a ella a través de alguno de los numerosos sitios de alojamiento de las mismas, poniendo su nombre en cualquier buscador. 


Ficha técnica

Título original: Les vacances de M. Hulot aka

Año: 1953

Duración: 114 min.

País: Francia

Dirección: Jacques Tati

Guion: Jacques Tati, Henri Marquet

Música: Alain Romans

Fotografía: Jacques Mercanton, Jean Mousselle

Reparto: Jacques Tati, Nathalie Pascaud, Michèle Rolla, Valentine Camax, Louis Perrault, André Dubois, Valentine Camax

Productora: Cady Films

Género: Comedia


Trailer

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