-Soy John Ford y hago westerns.
Declaración ante el Comité de Actividades Antiamericana
En al año 1958, el gran director Anthony Mann estrenaría El hombre del Oeste y con esta película ya se empieza a percibir el cambio de tono que tendría el western clásico, para dar lugar a la aparición de lo que se denominaría el western crepuscular. John Ford, uno de los iniciadores del género, da a conocer en 1962 El hombre que mató a Liberty Valance y con ella, el camino que Mann había iniciado alcanza su estética definitiva; el oeste clásico que Ford había contribuido a crear ha adquirido ahora un toque crepuscular y desencantado.
El sobreexplotado adjetivo crepuscular encaja a la perfección aquí por varias razones: se trata del penúltimo western de Ford –después de este dirigiría solo un largometraje del oeste más, “El ocaso de los cheyennes” (1964)–, está protagonizado por un avejentado cincuentón John Wayne a quien el propio Ford convirtiera en la estrella ineludible del género en “La diligencia” (1939) y, además, el objetivo argumental del filme está centrado en revisitar y revisar las emblemáticas leyendas del oeste –las del western en general, la del cine de Ford en particular– para desmontarlas por completo. “
En el crepúsculo fordiano, todo se pondrá en duda; ninguna certeza quedará de pie.
Indudablemente había corrido mucha agua bajo el puente desde La diligencia, el género a comienzos de los años ’60 se estaba agotando y la gente quería ver otras cosas. Como hemos señalado anteriormente, tampoco las películas del oeste, con sus espacios abiertos eran aptos para ser apreciados en la televisión, medio que desde los años cincuenta estaba capturando la atención del público norteamericano. Ford lo comprendió y con esta película se despide de dicho género consolidando el western crepuscular que luego tanto sería imitado a finales de los sesenta, en El hombre que mató a Liberty Valance es donde tenemos el testamento fordiano sobre el western.
Ramson Stoddard (James Stewart), un abogado educado en el Este que viaja al Oeste para abrir allí un bufete de abogados. Durante el viaje, su diligencia es asaltada por un bandido, Liberty Valance (Lee Marvin), quien a sueldo de los grandes rancheros mantiene aterrorizada a toda la región para evitar su constitución en un nuevo Estado de la Unión. Sólo un hombre es capaz de hacer frente a Liberty Valance: el habilidoso y duro pistolero Tom Doniphon (John Wayne). Tanto éste como Stoddard harán frente a Liberty Valance, pero de distinta forma: mientras Doniphon recurrirá a la fuerza, Stoddard apelará a la ley. Uno y otro representan, respectivamente, las dos realidades que convivían en los EE.UU. de la época: el Salvaje Oeste, que se regía por la ley del más fuerte, y el civilizado Este, donde imperaban la ley y el orden.
El hombre que mató a Liberty Valance es un wéstern melancólico, revisionista y desmitificador, que presenta un Oeste en decadencia en donde malamente sobreviven unos perdedores desencantados, herederos de un mundo en transición a punto de desaparecer.
La película muestra de forma admirable la encrucijada histórica que vivió EE.UU. hacia fines del siglo XIX, una nación que boyaba entre un salvajismo en retirada y la irrupción de la modernidad. Para imponer la ley en el oeste se necesita consenso (la mayoría debe aceptar que las leyes han de ser cumplidas para que éstas funcionen), pero también fuerza para imponerla a quienes la infringen. Entre estas necesidades se enmarca el periodo histórico que relata la película.
Los EE.UU., poseían un gran territorio, escasamente poblado y de poco sirve la ley cuando los que la infringen no pueden ser castigados. En El hombre que mató a Liberty Valance, este hecho es mostrado a través de la patética figura del sheriff local, quien a todas luces es incapaz de hacer respetar la ley y el orden. Frente al problema que la brutalidad de Valance plantea, el idealismo del que hace gala Stoddard es insuficiente para hacerle frente; sólo Doniphon, quien es capaz de usar sus mismas armas, es capaz de mantenerlo a raya.
En esta película El arte de Ford alcanza uno de sus momentos cumbre. Apoyado en un trió brillante de protagonistas (Marvin, Wayne y Stewart) la segura dirección de actores se complementa con su ajustada puesta en escena. Ford en esta película renuncia a los espacios abiertos que habían servido de marco en sus anteriores westerns para centrar la acción en interiores estrechos y lúgubres. La estupenda fotografía de William H. Clothier, en un sobrio blanco y negro, que niega el trabajo en color de Centauros del desierto sirve de marco a lo que es quizás una de las secuencias más memorables del cine del Oeste de todos los tiempos. La narración precisa de la película, que lleva a filmar la escena cúlmine desde los distintos puntos de vista de los protagonistas, reforzadas por unos flash backs precisos e indispensables constituyen a El hombre que mató a Liberty Valance en una película ineludible a la hora de estudiar la filmografía de John Ford.
Título original: The Man Who Shot Liberty Valance
Año: 1962
Duración: 119 min.
País: Estados Unidos
Dirección: John Ford
Guion: James Warner Bellah, Willis Goldbeck (Historia: Dorothy M. Johnson)
Música: Cyril J. Mockridge
Fotografía: William H. Clothier (B&W)
Reparto: John Wayne, James Stewart, Vera Miles, Lee Marvin, Edmond O’Brien, Andy Devine, Ken Murray, John Carradine, Jeanette Nolan, John Qualen, Willis Bouchey, Carleton Young, Woody Strode, Denver Pyle, Strother Martin, Lee Van Cleef, Robert F. Simon, O. Z. Whitehead, Paul Birch, Joseph Hoover
Productora: Paramount Pictures
Género: Western | Película de culto